Durante más de tres décadas, se ha profundizado en el mundo del aceite de oliva virgen extra (AOVE), desde los olivares hasta las almazaras, y se ha observado de cerca su impacto en la salud y la dieta.
Este elixir dorado, pilar de la dieta mediterránea, es mucho más que un simple condimento: es un auténtico superalimento.
Y si aún no forma parte diaria de tu dieta, es hora de cambiar eso.
¿Por qué es tan importante el aceite de oliva virgen extra en una dieta saludable?
No todos los aceites son iguales. Y no, no todos los aceites de oliva lo son tampoco.
El aceite de oliva virgen extra es el zumo puro de la aceituna, obtenido solo por medios mecánicos, sin químicos, sin refinado, sin aditivos. Esto garantiza una alta concentración de polifenoles, vitamina E, ácido oleico y otros compuestos beneficiosos para el organismo.
Su acidez es siempre inferior al 0,8 %, lo que indica una calidad óptima.
Si buscas el mejor aceite para tu dieta, con beneficios reales para tu salud, que potencie el sabor de tus platos y además forme parte de una tradición, el AOVE es la respuesta.
Los 10 beneficios del AOVE que lo convierten en un superalimento.
1. Aliado del corazón
Uno de los mayores regalos que ofrece el AOVE es su capacidad para proteger el sistema cardiovascular. Estudios como el prestigioso PREDIMED han demostrado que una dieta rica en AOVE reduce hasta en un 30 % el riesgo de enfermedades cardiovasculares. El secreto está en su ácido oleico y antioxidantes, que mejoran la salud arterial y controlan el colesterol.
2. Control del colesterol
El AOVE ayuda a reducir el colesterol LDL (el “malo”) y a aumentar el HDL (el “bueno”). Esto no es marketing. Gracias a sus grasas monoinsaturadas, mejora los perfiles lipídicos en sangre sin alterar la estructura de las arterias.
3. Regula el azúcar en sangre
El consumo habitual de AOVE ha demostrado beneficios significativos para quienes buscan prevenir o controlar la diabetes tipo 2. Favorece la sensibilidad a la insulina y evita picos glucémicos. ¿Sabes lo que eso significa? Menos riesgo de enfermedades metabólicas, más control sobre tu energía diaria.
4. No engorda
Uno de los grandes mitos que he escuchado cientos de veces: “el aceite de oliva engorda”. Claro, si lo bebes como si fuera agua. Pero en dosis normales (una o dos cucharadas al día), no solo no engorda, sino que puede ayudar a perder peso. Un estudio publicado en Olive Oil Times (2024) confirmó que el AOVE favorece la saciedad y acelera el metabolismo de las grasas.
5. Antiinflamatorio natural
Los polifenoles presentes en el AOVE (como la oleuropeína o el hidroxitirosol) son potentes antiinflamatorios. Esto significa menos dolores articulares, menos inflamación crónica, y un menor riesgo de enfermedades degenerativas.
6. Potente antioxidante
El AOVE combate el estrés oxidativo celular, un factor clave en el envejecimiento prematuro y el desarrollo de cáncer. Su alto contenido en vitamina E y compuestos fenólicos actúa como escudo frente a los radicales libres.
7. Previene el deterioro cognitivo
El aceite de oliva virgen extra es uno de los pilares de la dieta mediterránea, asociada a un menor riesgo de deterioro cognitivo y enfermedades como el Alzheimer. El consumo regular de AOVE protege las neuronas y mejora la memoria, sobre todo en personas mayores.
8. Mejora la digestión
Tomar una cucharada de AOVE en ayunas es un hábito que va ganando fama (y con
razón). Estimula la producción de bilis, mejora la digestión, protege la mucosa gástrica y ayuda al tránsito intestinal.
9. Fortalece el sistema inmunológico
No es casualidad que quienes siguen una dieta mediterránea rica en AOVE enfermen
menos. Sus antioxidantes fortalecen las defensas naturales del organismo, ayudando a prevenir infecciones y virus.
10. Ayuda a absorber mejor los nutrientes
El AOVE potencia la absorción de vitaminas liposolubles como la A, D, E y K. ¿Te comes una ensalada sin aceite? Estás desaprovechando buena parte de sus beneficios.
¿Cuál es el mejor aceite de oliva para la salud?
Sin rodeos: el virgen extra. Evita el aceite refinado (sin apenas nutrientes), y desconfía de etiquetas genéricas como “aceite de oliva” sin más. Solo el virgen extra conserva intactos todos los compuestos beneficiosos. Fíjate en estos detalles:
● Acidez ≤ 0,8 %
● Extracción en frío
● Recolección temprana
● Variedades con alto contenido fenólico (como picual, hojiblanca o arbequina)
Cómo incorporar el AOVE a tu dieta (y disfrutarlo al máximo)
1. En crudo: En tostadas, ensaladas, purés, pescados al horno… el AOVE en crudo
conserva mejor sus propiedades y realza el sabor de cualquier plato.
2. Para cocinar: Sí, puedes freír con AOVE. Tiene un punto de humo alto (alrededor de 210 ºC), lo que lo hace más estable que muchos aceites vegetales.
3. En postres: Prueba sustituir la mantequilla por AOVE en bizcochos, magdalenas o galletas. Aporta jugosidad y un aroma delicioso.
4. Cucharada en ayunas: Ideal para cuidar tu sistema digestivo y tu hígado.
¿Cuánto AOVE consumir al día?
Los expertos recomiendan entre 3 y 5 cucharadas soperas al día, dependiendo de tu nivel de actividad física y el resto de tu dieta. Eso sí, no es un “todo vale”. Si lo combinas con alimentos ultraprocesados o frituras industriales, los beneficios se reducen bastante.
¿Merece la pena pagar más por un buen AOVE?
Rotundamente sí. El AOVE es uno de esos alimentos donde la calidad repercute en la salud, el sabor y la trazabilidad.
Invierte en un aceite de oliva virgen extra de confianza, de recolección temprana, elaborado en almazaras familiares que garanticen frescura, pureza y origen.
El aceite de oliva virgen extra no es un lujo ni una moda. Es una herramienta diaria para mejorar tu salud, prevenir enfermedades, controlar el peso y disfrutar más comiendo. Es medicina líquida.: lo dice la ciencia, la tradición y décadas de observación.
Si estás buscando ese pequeño cambio que puede marcar una gran diferencia en tu bienestar, empieza por ahí: añade una cucharada de AOVE a tu día. Tu cuerpo lo notará.
En Aceites Queo Porcuna, este cambio te lo ponemos muy, pero que muy fácil.
